¿Necesito terapia? Señales que no debes ignorar

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Buscar ayuda terapéutica es un gran paso hacia el autocuidado y la mejora del bienestar emocional. Según Servimedia, nueve millones de personas en España, buscan terapia psicológica.

Sin embargo, muchas personas dudan en hacerlo porque no están seguras de si realmente necesitan asistencia profesional. A continuación, te mostramos señales y situaciones que indican que podría ser beneficioso considerar la terapia.

1. Sensación de sobrecarga emocional

La sensación de sobrecarga emocional es más que solo un día malo. Este estado se manifiesta cuando las emociones se vuelven tan intensas que interfieren con la capacidad de funcionar normalmente en el día a día.

Cuando la intensidad de estos sentimientos dificulta realizar tareas diarias o mantener relaciones saludables, indica que podrían existir problemas emocionales más profundos que necesitan atención.

Además, la sobrecarga emocional no tratada puede escalar, llevando a trastornos más graves como depresión o ansiedad. Acudir a terapia temprano puede prevenir la evolución de estos problemas y enseñarte técnicas prácticas de autorregulación, como mindfulness y ejercicios de respiración, esenciales para controlar el estrés y manejar emociones intensas.

La terapia también proporciona un entorno seguro para explorar y comprender las emociones profundas que contribuyen a la sobrecarga emocional, lo cual es crucial para el proceso de curación.

2. Impacto en el desempeño laboral o académico

Cuando surgen problemas en nuestro desempeño laboral o académico, a menudo se debe a más que desafíos superficiales. Disminución en la capacidad para concentrarse, tendencia a procrastinar de manera crónica, o baja motivación son algunos de los indicativos más evidentes de que algo más profundo está interfiriendo con nuestra eficacia.

Estos síntomas pueden afectar a la calidad del trabajo o el estudio y a la percepción de nuestras capacidades y nuestro bienestar general. La terapia puede beneficiar al ofrecer estrategias para mejorar la concentración, gestionar el tiempo de manera más efectiva y reavivar la motivación, abordando las raíces de estos problemas.

3. Dificultades en las relaciones personales

Conflictos frecuentes, una comunicación deficiente y una sensación persistente de desconexión o insatisfacción en las relaciones pueden indicar que problemas más profundos influyen en tu capacidad para conectar de manera efectiva con los demás.

Estos desafíos alteran tus relaciones actuales y pueden tener un impacto en cómo se forman y se mantienen futuras relaciones. Por ejemplo, patrones de comportamientos aprendidos o defensas emocionales desarrolladas en relaciones anteriores pueden estar afectando tu vida actual sin ser evidente a simple vista.

4. Uso de sustancias como mecanismo de escape

Cuando las personas recurren al alcohol, drogas o al abuso de medicamentos recetados, a menudo es en un intento de mitigar el dolor emocional, el estrés o la ansiedad. Sin embargo, este hábito falla en abordar las causas de la angustia y puede agravar la situación con nuevas complicaciones de salud mental y física.

Reconocer el uso de sustancias como un intento de escape es un paso crucial hacia la recuperación, ya que indica la necesidad de buscar formas más efectivas y saludables de manejar las dificultades.

La terapia puede ofrecer apoyo para resolver los problemas emocionales que puedan haber conducido al uso de sustancias: traumas no resueltos, problemas de autoestima, depresión.

5. Trastornos del sueño y cambios en el apetito

Cómo duermes o tu apetito pueden ser señales físicas de que hay problemas emocionales afectando tu salud mental.

  • Trastornos del sueño: Incluyen problemas como el insomnio, que implica dificultad para conciliar o mantener el sueño, o hipersomnia, que es la tendencia a dormir excesivamente. Estos problemas pueden ser tanto la causa como el efecto del estrés psicológico, afectando en cómo te sientes y actúas durante el día. No dormir bien puede crear un ciclo difícil de romper, donde el estrés y la ansiedad aumentan y hacen que dormir sea aún más complicado.
  • Cambios en el apetito: Pueden variar desde la pérdida de apetito hasta episodios de comer en exceso. La depresión y la ansiedad pueden causar una disminución significativa en el deseo de comer, mientras que el estrés puede resultar en un aumento del apetito o en comportamientos de alimentación compulsiva.

Es muy importante reconocer y tratar estos síntomas con terapia, ya que puede descubrirse cuál es la causa del problema. El tratamiento también puede incluir métodos de relajación, terapia cognitivo-conductual y, si es necesario, medicamentos para ayudarte a manejar estos síntomas y volver a tus patrones normales de sueño y alimentación.

6. Pensamientos negativos persistentes

Los pensamientos negativos persistentes, especialmente cuando se vuelven obsesivos, pueden ser un indicador de problemas de salud mental más serios. Estos a menudo giran en torno a preocupaciones exageradas o miedos irracionales que pueden consumir gran parte de la energía mental de una persona.

Cuando alguien se encuentra atrapado en ese círculo vicioso, estas ideas pueden empezar a influir de manera significativa en su estado de ánimo y comportamiento. Por ejemplo, una persona que constantemente piensa que va a fallar puede llevar a una disminución de la autoconfianza y a pérdidas de oportunidades.

Este tipo de pensamiento puede ser un síntoma de trastornos como la depresión o el trastorno de ansiedad generalizada. En casos de trastorno obsesivo-compulsivo, los pensamientos intrusivos pueden manifestarse en compulsiones o rituales que la persona se siente obligada a realizar para aliviar la ansiedad provocada por estas obsesiones.

Un terapeuta puede ayudar a la persona a entender la raíz de estos pensamientos negativos, desafiar la validez de estas creencias autolimitantes y desarrollar estrategias para manejar la ansiedad relacionada.

7. Desinterés en actividades previamente placenteras

La pérdida de interés en actividades que anteriormente se disfrutaban es un fenómeno conocido comúnmente como anhedonia. Esto puede incluir desde hobbies y deportes hasta interacciones sociales que antes eran valiosas para el individuo.

La pérdida de interés puede llevar a un retiro social significativo y a un ciclo de aislamiento que agrava otros síntomas de la depresión, como la tristeza y la baja autoestima.

Este cambio en los patrones de interés y comportamiento disminuye la calidad de vida y puede llegar a afectar al rendimiento laboral y las relaciones personales, sumando más estrés a la vida del individuo afectado.

8. Historial de trauma

Abordar experiencias traumáticas pasadas es esencial para construir un futuro más saludable. Un historial de trauma puede tener un impacto profundo y duradero en la salud mental y emocional de una persona, afectando su comportamiento, relaciones y percepción de sí misma. Los traumas pueden incluir una variedad de experiencias, como abuso físico o emocional, accidentes graves, experiencias de guerra, desastres naturales, o la pérdida de seres queridos, entre otros.

Las personas con historiales de trauma pueden experimentar una serie de síntomas complicados, como trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad, depresión, o dificultades en las relaciones interpersonales. Estos síntomas pueden manifestarse de muchas maneras, incluyendo pesadillas, flashbacks, evasión de situaciones que recuerden el evento traumático, y una sensación persistente de peligro.

La terapia para el trauma se enfoca en ayudar a la persona a procesar y hacer frente a sus experiencias pasadas. Además, algunas técnicas son especialmente valoradas por su capacidad para ayudar a las personas a procesar e integrar experiencias traumáticas de manera que disminuyan su impacto perturbador.

Reconocer cualquiera de estas señales en tu vida puede ser un indicativo de que la terapia sería beneficiosa. Considerar la ayuda de un profesional no es un signo de debilidad, sino un paso proactivo hacia la mejora de tu salud mental y emocional.

Si te identificas con uno o más de estos puntos, no dudes en pedir ayuda. En Andrea Esquerdo estaremos aquí para ti. Y recuerda que, cuidar tu salud mental es tan importante como cuidar tu salud física.

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